lunes, 10 de mayo de 2021

¿Qué puede aportar la tecnología a la enseñanza de lenguas extranjeras?


La tecnología es una oportunidad muy ventajosa para el proceso de enseñanza de lenguas extranjeras. La tecnología está presente en cualquier ámbito de nuestra vida y pone a nuestro alcance numerosos recursos y herramientas que nos permiten facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje y acercarlo a la mayoría de la población; ya no solo a nivel de lenguas, sino que lo hace en todos los niveles y contextos de nuestra vida.


Con ayuda de la tecnología, se pueden ofrecer mayores y mejores oportunidades de aprendizaje de idiomas, ya que actualmente, existen cursos con modalidad a distancia (en línea), exámenes oficiales virtuales, seminarios online, aplicaciones móviles que sirven para aprender idiomas, blogs que comparten recursos, materiales y estrategias para aprender o enseñar, etc. Toda esta combinación de recursos permite que sea más fácil enseñar lenguas extranjeras; mientras que antes era necesario acudir a una clase presencial para poder aprender, ahora se puede hacer desde la comodidad de nuestras casas e incluso desde la otra parte del mundo.

Creo que, en las clases, tanto presenciales como a distancia, la tecnología es un gran aliado que nos puede ayudar a motivar y generar interés en nuestros alumnos, a la par que nos permite crear nuevas oportunidades de aprendizaje. Hay multitud de herramientas que se pueden utilizar con estos fines como pueden ser los Kahoots, los blogs, los juegos virtuales, los paddlets

Por otro lado, la tecnología también es útil para llevar a cabo la evaluación de los estudiantes, ya que existen gran cantidad de herramientas y aplicaciones que nos ayudan a llevar a cabo este proceso y nos permite llevar a cabo una recopilación de los resultados, avances y evolución de cada uno de los estudiantes.

martes, 20 de abril de 2021

Reflexión final

 Me gustaría compartir el vídeo final de esta asignatura con todos vosotros, para que podáis ponerme cara, voz y, sobre todo, para que podáis sentir de forma tan positiva todo lo que estoy sintiendo yo a medida que vamos avanzando con el máster y conociéndonos un poco más.



¡Muchísimas gracias a todos y a todas por esta experiencia compartida!

Enseñando desde la distancia

 “Menuda locura”, “¡Eso es imposible!”, “¿Cómo se va a enseñar sin estar presente en el aula?” “Sin un libro físico y una pizarra, no se puede aprender”. Estas son algunas de las frases que he podido escuchar a profesores cuando el problema del COVID-19 estalló, profesores jóvenes y no tan jóvenes, profesores experimentados y principiantes, profesores ilusionados y desgastados por el paso del tiempo. Profesores a los que no les quedó más remedio que adaptarse a la situación actual y aprender a enseñar a través de un ordenador.

Para ello, se han desarrollado muchas aplicaciones, webs, libros virtuales, etc., que ayudan al profesorado a poder llevar a cabo estas clases y que los estudiantes puedan seguir aprendiendo desde la comodidad (y seguridad) de sus casas. 

¿Qué es lo que puede hacer un profesor para que sus alumnos sigan interesados o motivados?

Desde mi punto de vista, lo mejor que podemos hacer es llevar a la clase momentos de desconexión y relajación, que permita a los estudiantes descansar para poder retomar la parte teórica o explicativa.

A continuación, propongo dos de los recursos que más utilizo en mis clases y que me sirven para salir de algún que otro apuro cuando empiezo a “perder” a mis estudiantes.

Para aquellos momentos en los que los estudiantes se están quedando dormidos o dejan de participar, la música siempre puede ser un gran aliado:

https://es.lyricstraining.com/app?nr=1&~channel=web&~feature=redirect&~campaign=none&ref=https%3A%2F%2Fes.lyricstraining.com%2F

Y para los momentos en los que tenemos que descansar, pero de una forma “más calmada” me gusta utilizar adivinanzas, rompecabezas, sopas de letras o crucigramas. Para ello, suelo utilizar esta:

https://puzzel.org/en/features

 

¿Cuáles utilizáis vosotros?

¿Felices o brillantes?

Muchas veces, cuando escuchamos el término “inteligencia emocional”, palabras como felicidad, miedo, tristeza, angustia, alegría, vergüenza, etc., nos vienen a la cabeza y, la verdad es que no nos falta razón, pero ¿sabemos realmente lo que es la inteligencia emocional? ¿Cómo se relaciona con la educación?  ¿se puede mejorar con el paso del tiempo? ¿se aprende?

David Goleman en su libro La inteligencia emocional la define como “la capacidad que tienen los seres humanos de conocer sus propios sentimientos y los de los demás para aprender a gestionarlos mejor”.

A partir de esta definición, me planteo la siguiente pregunta: ¿somos los docentes personas emocionalmente inteligentes? A lo largo de mi educación y, también ahora como docente, me he encontrado con profesores que simplemente se centran en los aspectos académicos de sus estudiantes y dejan de lado el factor emocional, lo cual está estrechamente relacionado; si un alumno reconoce sus emociones y es capaz de gestionarlas, tendrá más recursos para afrontar mejor los eventos estresantes que surgen con frecuencia en el contexto educativo. Del mismo modo, me he encontrado con profesores que priorizan el factor emocional al académico y lograba una relación estrecha y sólida con sus estudiantes, ayudándoles así a evolucionar tanto en el ámbito escolar como en el personal.

En el libro Docentes emocionalmente inteligentes de Cabello, Ruiz-Aranda y Fernández-Berrocal se puede encontrar una frase que hace referencia a este aspecto: “los docentes con mayor capacidad para identificar, comprender, regular y pensar con las emociones de forma inteligente tendrán más recursos para conseguir alumnos emocionalmente preparados”.  Por esto, se considera que la inteligencia emocional está estrechamente vinculada con la educación y se ha de dedicar tiempo a este aspecto para que los alumnos sean capaces de evolucionar en todos los ámbitos de su vida y poder ayudarles así a regular sus emociones y, de alguna manera, sus sentimientos.

Me gustaría mostraros una infografía en la que podemos ver algunas ideas clave para estimular la inteligencia emocional en educación; quizá está más orientada a niños, pero creo que al final, todo se puede adaptar para las clases con adolescentes y adultos.

Imagen obtenida de educapeques

Para acabar, me gustaría abrir un debate y poder leer vuestras opiniones acerca de este tema:

Qué busca un profesor, ¿alumnos felices o alumnos brillantes? Desde mi punto de vista, ninguna persona podrá ser brillante sin antes ser feliz.


sábado, 13 de marzo de 2021

¿Es necesario un profesor?

 ¡Hola!

Voy a hacer una reflexión acerca de uno de los puntos que vimos en la unidad 1, concretamente el punto en el que se plantea si realmente el profesor es imprescindible en el aula.

Como veíamos en la unidad, María Montessori decía que “La mayor señal de éxito para un profesor es poder decir: los alumnos están ahora trabajando como si yo no existiera”, pero ¿es esto lo que realmente se busca?

Y, otra pregunta más, ¿es realmente capaz el estudiante de aprender todo por su cuenta?

En los últimos años, se han ido desarrollando metodologías que están guiadas por y para el estudiante, dejando que ellos sean los que descubran, busquen sus intereses e incluso, que establezcan sus propios objetivos de aprendizaje; convirtiendo al profesor en un ente pasivo que observa y solo interactúa con el estudiante cuando este lo necesita o se acerca a él.

Mi Trabajo de Fin de Grado se basó en la Escuela Activa, ahí pude observar varias escuelas que siguen este tipo de metodologías centradas en el alumnado, dónde el profesorado es un ente pasivo que acompaña y lo más importante es la motivación. Antes de empezar a investigar sobre esta metodología estaba muy intrigada y emocionada en descubrir cómo avanzaban los alumnos y cómo aprendían, pero a medida que fui descubriendo la realidad de estas escuelas, me surgieron diferentes preguntas: ¿Cómo aprendían los alumnos sin una base por la que empezar? ¿Adquieren los mismos conceptos que un alumno inmerso en la educación tradicional? ¿Es suficiente con la motivación? ¿Realmente desarrollan su autonomía y evolución o es mera supervivencia por no quedarse atrás? ¿Qué pasará con estos estudiantes cuando tengan que estudiar, memorizar o cambiar a un sistema educativo donde el profesor de pautas? ¿Qué pasa con estos estudiantes cuando se enfrenten a una realidad en la que la “libertad” está tan limitada?

Una vez terminé con el trabajo y la investigación, me di cuenta de que es fundamental desarrollar la autonomía, la motivación y el trabajo personal de los alumnos para que evolucionen y aprendan, pero que también es necesario que alguien les muestre por donde se ha de empezar, los alumnos no pueden descubrir por sí mismos cosas que se han tardado miles de años en descubrir, hay que darles unas bases por dónde empezar a aprender.

Comparto también una reflexión que hace un catedrático jubilado acerca de la educación, de la importancia del profesor y que puede mostrar un poco más la idea que yo he intentado transmitir en estas líneas.


¡Queda abierto el debate!


Trabajo final entornos - propuesta didáctica

¡Hola!  Hoy quisiera compartir una nueva entrada en la que os mostraré una propuesta didáctica que he hecho con mi grupo para trabajar con 1...