“Menuda locura”, “¡Eso es imposible!”, “¿Cómo se va a enseñar sin estar presente en el aula?” “Sin un libro físico y una pizarra, no se puede aprender”. Estas son algunas de las frases que he podido escuchar a profesores cuando el problema del COVID-19 estalló, profesores jóvenes y no tan jóvenes, profesores experimentados y principiantes, profesores ilusionados y desgastados por el paso del tiempo. Profesores a los que no les quedó más remedio que adaptarse a la situación actual y aprender a enseñar a través de un ordenador.
Para ello, se han desarrollado muchas aplicaciones, webs, libros virtuales, etc., que ayudan al profesorado a poder llevar a cabo estas clases y que los estudiantes puedan seguir aprendiendo desde la comodidad (y seguridad) de sus casas.
¿Qué es lo que puede hacer un profesor para que sus alumnos
sigan interesados o motivados?
Desde mi punto de vista, lo mejor que podemos hacer es
llevar a la clase momentos de desconexión y relajación, que permita a los
estudiantes descansar para poder retomar la parte teórica o explicativa.
A continuación, propongo dos de los recursos que más utilizo
en mis clases y que me sirven para salir de algún que otro apuro cuando empiezo
a “perder” a mis estudiantes.
Para aquellos momentos en los que los estudiantes se están
quedando dormidos o dejan de participar, la música siempre puede ser un gran
aliado:
Y para los momentos en los que tenemos que descansar, pero
de una forma “más calmada” me gusta utilizar adivinanzas, rompecabezas, sopas
de letras o crucigramas. Para ello, suelo utilizar esta:
https://puzzel.org/en/features
¿Cuáles utilizáis vosotros?
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